04 de Noviembre del 2025
[Review/Juego Argentino] Sopa: Tale of the Stolen Potato, una emocionante aventura con influencias de Coco, Hayao Miyazaki y El Principito
Nos dimos un hermoso paseo por tierras sudamericanas en busca de una papa, en esta bella historia creada por StudioBando, integrado por miembros colombianos, mexicanos y argentinos.
Si de juegos que inundan de nostalgia y sensaciones lindas hablamos, Sopa: Tale of the Stolen Potato ya puede ocupar un puesto en mi Top personal. Y ya que vamos a tocar la temática de la melancolía, me atreveré a contar una historia personal de mi infancia y que se relaciona en parte con la de este videojuego. Porque así como Miho se adentra en la despensa de la abuela para terminar yéndose de aventuras a lugares lejanos, lo mismo hacíamos con un querido amigo cuando eramos niños. La imaginación no tenía límites por aquel entonces, y cuando iba a jugar a su casa y su abuela nos preparaba la merienda (abuelaza que cumplió 85 años recientemente), nos divertíamos inventando historias, creando personajes (interpretados por nosotros mismos) y viajando a mundos que convivían en una simple habitación. Incluso recuerdo que una de nuestras encrucijadas se tituló "Gran Turismo".
A lo que voy con todo este relato, es que pensé mucho en esos tiempos mientras jugaba Sopa. Este viaje de StudioBando, un estudio integrado por miembros colombianos, mexicanos y argentinos, toma inspiración de obras como Coco, El Principito, o las películas de Studio Ghibli, y se nota mucho. Todo está cuidado para despertarte un montón de emociones a nivel narrativo, pero también te va a sorprender con secuencias muy a lo Tim Schafer o Ron Gilbert.
El juego arranca con una música preciosa, algo que se va a mantener a lo largo de los niveles, y la trama no tarda mucho en desenvolverse. Somos Miho (¿mijo? jajaja), un niño curioso y con cierto temor a los perros (literalmente yo de chiquito, ¿les conté que les tenía tanto miedo que hasta me corrió un caniche por la calle?). Su abuela, la Nana, le está preparando su famosa sopa, para lo cual le pide que vaya a la despensa a buscar una papa. Pero cuando Miho está por tomar una, aparece una rana misteriosa y se las roba todas. Con desespero, Miho persigue a la rana por el fondo de la despensa y se mete en tierras desconocidas... y mágicas.
Quiero hacer hincapié en esta escena, porque el momento del hurto me fascinó: acá están clarísimas las influencias de Hayao Miyazaki, con un anfibio fantástico que se introduce con un poco de humor, pero también con esa pizca de oscuridad que infunde algo de tragedia en el asunto. Me encantó.
Si bien Sopa es una aventura gráfica en 3D, con la clásica recolección de objetos y diálogos con personajes que nos harán obtener información y resolver situaciones, el primer segmento fuerte de gameplay es un divertido viaje en bote por unas aguas turbulentas. Está muy logrado, con algunas vibes de otros clásicos, y el aporte del delfín mala onda para empezar a sacarnos algunas risas.
¿Se acuerdan que dije que la música era genial? Bueno, imaginate que llegás al siguiente destino y empieza a sonar una cumbia divina; amé fuerte. Mi intención no es contar ni spoilear todo lo que me gustó del juego, pero hay cosas que no estaría pudiendo evitar mencionar. A partir de acá, Sopa entra de lleno en su género principal, haciéndonos conversar, juntar objetos y utilizar un poco de ingenio para cumplir varios recados. Los escenarios que recorreremos no son demasiados, pero realmente son muy especiales en cuanto a ambientación y diseño. O sea, en esta primera zona hay ranas trabajadoras que cargan con bolsas al ritmo de la cumbia, ¿qué más querés?
Sopa: Tale of the Stolen Potato es una aventura IDEAL para niños, y súper disfrutable también para adultos. Tiene esa magia que va a encantar a todo público, y una dificultad justa para los pequeños. Probablemente el reto sea menor para grandes (más si ya tienen muchas aventuras gráficas encima), pero eso no quita que es muy entretenido. Además, siempre aparece alguna mecánica nueva, como la relacionada a esa hermosa referencia a Ocarina of Time. Además, el humor es muy bueno y saludable; me reí mucho con situaciones como el regateo con las ranas, o el robo de la escoba.
Quiero volver a mencionar a Double Fine o LucasArts, ya que quedé ampliamente satisfecho con el escenario más grande del juego, no sólo por la diversidad de situaciones que ocurren allí, sino también por el nivel de calidad de los personajes. Realmente me enamoraron, y con cada diálogo no paraba de revivir sensaciones que tuve muchos años atrás con aventuras clásicas. Se nota mucho el amor de los desarrolladores hacia estos títulos, y lograron replicar esas vibes.
Ah, y cómo no hacer mención de este gran detalle: los personajes hablan en un idioma de sonidos, cada uno teniendo los suyos propios. Debo confesar que no soy muy fan de este estilo; de hecho todavía me acuerdo como me mataba de risa jugando Croc 2 con esos sonidos bizarros. PERO, nuevamente, Sopa vuelve a sorprender y utiliza este recurso de manera súper natural y bien actuada. Cada personaje tiene su impronta, y sus dialectos no se vuelven molestos para nada, todo lo contrario.
Conclusiones
Sopa: Tale of the Stolen Potato es una hermosa aventura gráfica, llena de influencias del bien, personajes entrañables, humor para todo público, y muchísima magia. Es de esos viajes que sí o sí algo te van a despertar en el corazón; una conversación con tu abuela, un recuerdo lindo de tu infancia, tu primer acercamiento a un videojuego de este género, o, ¿porqué no?, las ganas de prepararte una rica sopa... eso sí, cuidado cuando vayas a agarrar la papa.
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