10 de Junio del 2025
Análisis de DOOM: The Dark Ages - PS5
El Slayer regresa a causar muerte entre las horas del Infierno, y esta vez, más destructivo que nunca.
Del ariete al tanque
Si escuchamos la palabra Doom, lo primero que se nos viene a la cabeza son imágenes de sangre, muerte y destrucción al ritmo del Heavy Metal. El frenesí salvaje y los riff de guitarra han sido una marca de la franquicia desde sus inicios, y el Slayer se ha convertido en sinónimo de una fuerza imparable. The Dark Ages no va a dejar de lado ninguno de estos elementos, pero integra opciones de combate nuevas que algunos fans pueden encontrar raros, pero otros van a amar desde el primer momento.
La primera diferencia que vamos a encontrar en esta nueva entrega en comparación a las anteriores, es que el protagonista tiene más "peso", y por lo tanto se siente un poco más lento de lo que estamos acostumbrados para una saga tan dinámica, aunque no deja de ser veloz para la media de los FPS. Esto viene de la mano de un interesante cambio de enfoque en el modo en que nos enfrentamos a las hordas infernales.
Si históricamente el Slayer fue un ariete moviéndose siempre para adelante y acabando con todo lo que tenía en frente, en Dark Ages es un tanque, capaz de ataques poderosos, pero también de una fuerte defensa y de plantarse en el terreno. Es aquí donde entra la gran adición del juego: el escudo. Este singular elemento viene a remarcar el énfasis en el combate cuerpo a cuerpo y la corta distancia. Si en anteriores Doom debíamos estar en movimiento constante para esquivar ataques, aquí vamos a hacerles frente y hasta vamos a devolverlos, utilizando las armas del enemigo en su contra. Dark Ages se caracteriza por un interesante sistema de parry que permite bloquear y devolver ciertos ataques, debilitando a los demonios y permitiendo llevar el combate bien cerca. A ésto le sumamos una gran importancia del componente cuerpo a cuerpo, utilizando los puños primero, pero armas más interesantes después como el caso del mangual.
Si bien todas aquellas marcas de la franquicia están presentes, como el combate frenético y la gran cantidad de armas para sembrar el caos, en Dark Ages se favorece un acercamiento un poco más estratégico, priorizando a ciertos enemigos, no tanto para neutralizar amenazas sino para maximizar el daño: por ejemplo, es posible lanzar el escudo a enemigos con corazas de energía, lo que lo hace rebotar y dañar a lo que tenga cerca; o golpear a Demonios cuya armadura se haya sobrecalentado, lo que causa una explosión de metralla alrededor. Todo esto hace que, sin perder la esencia, el combate parezca más pausado.
El resto del combate es puro Doom. Tal vez más cercano, reemplazando ciertas armas por otras más de acuerdo con el escenario fantástico/sci-fi, pero con las mismas funciones a las que ya estamos acostumbrados; o cambiando ciertos movimientos por otros similares pero que utilizan el escudo como herramienta protagonista.
Otro agregado interesante, aunque no siempre funciona, son niveles en los que utilizamos un mecha gigante o un dragón. Si bien la presentación de ambos elementos nos puede hacer palpitar de la expectativa, el resultado es más soso de lo que se esperaba. El mecha al menos, es pasar de un enemigo a otro combatiendo con un sistema extremadamente simple y poco aporta más que el verse cool. El Dragón Serrat está un poco mejor utilizado, ya que podemos enfrascarnos en combates aéreos y en explorar fortalezas aéreas y naves, pero el sistema sigue siendo muy simple.
Con espacio para matar
A diferencia de entregas previas, los mapas de Dark Ages varían entre niveles lineales y semi-abiertos. El resultado, al igual que con el combate, es el de una sensación de pausa. Ya que no hay respawn de enemigos, siempre que volvamos sobre nuestros pasos nos vamos a encontrar con nada.
Esto es especialmente notable en los mapas abiertos, en los que hay mucho retroceso si queremos encontrar todos los secretos (y sí, queremos hacerlo). Sin embargo, esta reforma también viene con aspectos muy positivos, ya que este tipo de niveles suelen tener objetivos múltiples, los cuales podremos cumplir a nuestro antojo y sin un orden específico.
Enfoque narrativo
Con Dark Ages, los desarrolladores decidieron dejar un poco de lado la narrativa clásica de Doom, que consistía en un relato indirecto a base de archivos que encontrábamos a lo largo del juego. En esta oportunidad, cada inicio de nivel nos regala una cinemática narrativa, presentando personajes y situaciones y otorgando un poco más de trasfondo a la historia del Slayer.
Si bien el guión es muy simple (hordas invasoras tras un objeto particular que sirve para despertar otra cosa, etc), no deja de ser interesante la manera en la que se expone la dinámica entre las diferentes especies del mundo de Doom. Ya no es sólo el Slayer contra los demonios, sino que hay muchos más personajes, con sus agendas respectivas, interactuando en la historia.
Conclusiones
Dark Ages es otra gran entrega de una gran saga. Si bien algunos aspectos pueden no ser del agrado completo de todos, hasta el fan más acérrimo encontrará un juego que disfrutar a montones a lo largo de 22 niveles repletos de secretos y violencia. Como aspecto negativo, podemos mencionar los niveles especiales pilotando un mecha o montando un dragón, los cuales no están del todo bien integrados. Sin embargo, pecan de simples, pero no de malos, y el juego sufre poco por ello.
Lo mejor
· El nuevo aspecto cuerpo a cuerpo del combate.
· Una gran dirección de arte.
· Violencia y secretos por doquier.
Lo peor
· Niveles especiales no muy bien integrados.
· La acción se frena cuando queremos volver sobre nuestros pasos en algún nivel.
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