20 de Marzo del 2025
Análisis de Runa y el Legado Chaikurú - PC
Finalmente tenemos entre nosotros el 1.0 de Runa y el Legado Chaikurú, el primer título de los grosos de Fanny Pack Studios, desarrolladores de nuestras tierras.
Haciendo gala del GODOT Engine (otra coronación de gloria), el juego es un colorido y divertido plataformero cuasi cenital en 3D que nos lleva a través de las ruinas antiguas e inexploradas de la extinta civilización Chaikurú, que guarda varios secretos bien ocultos.
Basaré esta humilde reseña ampliando y comentando sobre lo que ya estuvimos cubriendo en el artículo en donde hablamos de su período en Early Access que pueden leer acá. Durante la aventura, nos pondremos en las botas de Runa, una de las mejores exploradoras y cazadoras de aventuras, nuestra propia Lara Croft nacional y popular que toma mate para curarse la barra de vida. Nuestra joven e intrépida protagonista se encuentra a las puertas de las ruinas de una antigua civilización, los Chaikurú, quienes desaparecieron luego de una cruel guerra.
Si bien Runa efectúa sus primeros pasos en esta aventura completamente desarmada, rápidamente encontraremos el arma y utensilio principal y vital para todo lo que deberá enfrentar más adelante: un par de boleadoras mágicas. Si bien al principio estaremos limitados en las acciones que podremos realizar con las mismas, a medida que vayamos avanzando la aventura iremos encontrando más.
Los poderes de Runa (de sus boleadoras, más precisamente) vienen de unas semillas pertenecientes a los Chaikurú, las que se dicen les entregaban la fuerza necesaria para repeler a sus enemigos. Éstas habilidades especiales permiten a Runa planear en el aire, realizar un golpe cargado para mover grandes objetos o tumbar árboles, balancearse por distintos lugares y, sobre todo y primordialmente, poder lanzarlas (es paradójico que una acción tan intrínseca al concepto de las boleadoras sea uno de los últimos poderes que obtenemos). A ésto se le suma que el ítem que usamos para recuperar vida es... ¡un mate! Así, cada vez que queremos recuperar nuestra barra de salud, veremos la animación de cómo Runa saca un mate y se toma unos buenos amargos.
Como mencionamos en nuestra cobertura del Acceso Anticipado, el desarrollo del título se centra más en la exploración y las plataformas, más que en el combate (aunque sí tenemos una variedad de enemigos y peleas con jefes a enfrentar). El diseño de niveles es acertado, buscando que estas desafiantes plataformas y saltos precisos tengan el nivel de dificultad justo para no frustrar a nadie.
Sumado a ésto, en muchas ocasiones deberemos resolver acertijos contextuales para poder avanzar y adentrarnos en las ruinas de esta desconocida civilización. A medida que vamos explorando los distintos escenarios, nos iremos encontrando con diferentes grabados que nos cuentan sobre los Chaikurú, sus tradiciones, sus jefes y sus batallas.
Los escenarios son variados y coloridos, al igual que los personajes y los modelos de los enemigos. No es una locura gráficamente y tampoco busca serlo, se le nota la detallada caracterización del apartado artístico. La música acompaña justo en cada momento.
Lamentablemente no todo en el título es perfecto, nos hemos encontrado con algunos problemas de optimización y de pequeños bugs gráficos visuales, aunque nada que empañe completamente la aventura.
Conclusiones
Lanzamientos como Runa y el Legado Chaikurú se celebran; títulos que mediante su jugabilidad tradicional buscan divertir y, de paso, difundir un poco más la cultura de este lado del mundo, no sólo la de nuestro país, sino también la de la región.
Lo mejor
· Jugabilidad.
· Coleccionables.
Lo peor
· Algunos bugs visuales.
· Pequeños problemas de optimización.
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