Análisis de Shadow of the Beast - PS4

En 1989 llegaba a Commodore Amiga un título que fue una gran sorpresa para los jugadores de aquel tiempo y lo recuerdan con cariño hasta el día de hoy. Shadow of the Beast, desarrollado por Reflections Interactive y publicado por Psygnosis, marcó un antes y un después gracias a su más que atractivo apartado visual, su ambientación y su dificultad. El juego pronto se transformó en una saga con dos secuelas que siguieron la fórmula, siendo el tercero lanzado en 1992. Y hasta allí llegó la suerte para Aarbron, el protagonista, a quien no volvimos a ver por más de 20 años. Fue entonces cuando en 2013, durante la Gamescom, Sony presentó un reinicio exclusivo para PlayStation 4, desarrollado por un estudio no muy conocido llamado Heavy Spectrum Entertainment Labs. Casi tres años más tarde, tenemos el juego en nuestras manos, y volvemos a remarcar que se trata de un reinicio, no una remake.La historia se repite una vez más, esta vez con un comienzo en el que podemos ver a Aarbron esclavizado por el brujo Zelek. Contra nuestra voluntad, debemos avanzar y asesinar a un grupo de humanos, sin poder hacer nada al respecto... hasta que de repente Aarbron logra tomar control y liberarse de sus cadenas. Con una enorme furia encima, empieza así un viaje de venganza en el que deberemos masacrar a todo aquel que quiera impedir cumplir nuestro objetivo. Hay una extraña realidad en la forma en que nos cuentan el argumento. Si bien los fans ya sabrán de antemano que está sucediendo, para un jugador nuevo no se explica lo que ocurre en el gameplay. Por ejemplo, el hecho de que Aarbron antes era humano y otros detalles importantes no están plasmados en la narrativa, algo un tanto curioso. Lo cierto es que hay mucho que descubrir de la historia gracias a algunas escenas que podemos desbloquear mientras jugamos, para verlas en el menú de selección de niveles. Para entender todo es buena idea mirarlas; quizás los creadores no quisieron "aburrir" al jugador que quiere acción directa.

A simple vista Shadow of the Beast parece el típico juego de acción y plataformas en 2D, con el toque gore como característica distintiva. Esto es un poco cierto, pero una vez descubran los combates van a ver que hay otro elemento que lo define. A diferencia de juegos donde los enemigos nos van apareciendo a cada paso, en este reinicio los niveles tienen fases de combate; de hecho, son un número fijo por escenario, y se encuentran en lugares preestablecidos. Pueden aparecer rara vez algunos enemigos sueltos, pero la acción se encuentra acá. Estás avanzando y de repente se te bloquea el paso y de ambos lados comienzan a venir monstruos (siempre es un número determinado). Hay algo que recibimos luego de cada enfrentamiento, pero antes de eso vamos a hablar de la jugabilidad.Como era de esperar, Aarbron tiene una buena cantidad de movimientos sanguinarios. Podemos usar los botones de ataque comúnes, el famoso agarre y el precioso contraataque (apretando justo antes de ser atacados, destrozamos al oponente). Los combos entran en juego, pero no están pensados para que la cadena se desate contra un solo enemigo, la realidad es que éstos son bastante vulnerables a nuestros ataques y con un solo golpe (bien puesto) ya están muertos. La idea es matar a un adversario atrás de otro sin interrupciones, para así alargar el combo. Claro que al avanzar, aparecen enemigos más veloces, algunos con escudo, etc, con lo cual la tarea se complica. Siguiendo con las habilidades, tenemos una muy limitada para masacrar a todo ser vivo en pantalla, y también una muy interesante que se activa con R2 + cualquier botón principal del joystick. Con esto Aarbron se abalanza sobre el enemigo y le absorve salud u otras tres cualidades (por eso podemos usar los cuatro botones). Pero la vedette en la lista de ataques es la furia, un especial limitado por una barra (no tan difícil de llenar realmente) que desata una especie de Quick Time Event en el cual debemos presionar en el momento justo la dirección en la cual viene un enemigo y el botón de ataque. Cada vez se vuelve más rápido, tratando de hacer que perdamos la sincronización que da fin a la furia... pero si le encontrás el truco podés matar a un sinfín de enemigos (bosses incluidos) sin demasiado esfuerzo.

Una vez que terminamos cada fase, lo que obtenemos (que antes dejé en suspenso) es un puntaje. Al final de cada nivel se suman todos los puntajes obtenidos en combate, y gracias a éstos podemos comprar un montón de cosas en la tienda. Desde mejoras para nuestro personaje, hasta el mismísimo juego original de 1989 para disfrutar en tu querida PlayStation 4. Lo cierto es que hay algo más detrás de este puntaje, y claramente es la competencia. Todo está pensado para aquellos jugadores que quieran estar en lo más alto del ranking mundial. Hay muchas formas de sacar más puntaje en los combates, y probablemente los más competitivos lo van a resolver. Esto le da rejugabilidad al título, algo muy necesario ya que tristemente no son demasiados niveles y la aventura principal se termina en pocas horas.Visualmente es bastante atractivo. Claramente no logra en la actualidad el impacto que generó el original en 1989, ni tampoco está sobre el nivel de lo que uno espera de una exclusividad, pero cumple. La ambientación varía y pasa de un caluroso desierto a entornos más oscuros, cuenta con diseños interesantes y algunas escenas de calidad. El apartado sonoro también aporta mucho a su lado "épico", con una buena banda de sonido.

Vale la pena mencionar que a veces encontramos elementos originales y que después no volvemos a ver más. Podemos considerarlo como algo correcto, porque así no cae en la repetición, pero en algunos casos da la sensación de que se podrían haber hecho más cosas. La exploración también es algo interesante para charlar. Si bien la mayoría de niveles son más bien lineales, hay fases de enfrentamiento ocultas que solo vamos a descubrir si volvemos sobre nuestros pasos en determinados momentos, o si nos damos cuenta de algún pasaje secreto. Aarbron puede escalar y descender por las paredes y eso da mucho espacio a la exploración en algunos escenarios.

Shadow of the Beast es un correcto reinicio para dejar contentos a los fanáticos con la posibilidad de controlar a Aarbron una vez más. No genera un impacto como el clásico de 1989, pero entretiene un rato. Si no te atrae la idea de rejugar los niveles para sacar los mejores puntajes, la duración se acorta bastante. Cada apartado cumple pero podría ser mucho mejor.

· Podés jugar al original y hay muchos más extras.

· Enfoque en lo competitivo para quien gusta de ello.

· Algunas controversias con la narración.

· Duración.