The Universim propone una idea que, para los old gamer, es una fórmula ganadora: sos dios, y tenés poder por sobre una civilización completamente nueva, con la posibilidad de hacer tanto el bien como el mal. Ahora, como se dice: del dicho al hecho hay un largo trecho. ¿Podrá la gente de Crytivo llenar ese vacío que permaneció sin llenar por más de 26 años?
La premisa de The Universim es una muy interesante, ya que mezcla varios componentes de juegos de estrategia que tuvieron muchísimo éxito, potencial, o que nunca más vieron una secuela digna; en Spore se controlaba una nueva civilización desde su estado celular a la exploración espacial, y otros juegos como Dungeon Keeper, Populous y Black and White, donde la supremacía de la civilización se veía sujeta al uso creativo de nuestros poderes como dioses.
The Universim pretende mezclar estos títulos y colocar al jugador en una posición omnipresente que debe controlar una nueva civilización con sus poderes y llevarlos hasta nuevos límites nunca explorados, todo con un tono de travesura para que todas las interacciones tengan su lado divertido, a pesar de su naturaleza manipuladora.
En esencia, The Universim logra su cometido: desde bastante temprano empezado el juego, el jugador tiene acceso a una amplia gama de poderes. Ya sea agarrar Nuggets (los ciudadanos), objetos, recursos, crear vínculos entre ellos, curarlos, bendecirlos con lluvia, o castigar con fuego, sacrificar a los Nuggets, rayos y demás.
En un principio es bastante divertido tener que “vincular” a los Nuggets, realizando el paralelismo del destino y las fuerzas divinas, todo con el afán de reforzar la fe hacia nosotros. El problema aparece poco después, cuando nos damos cuenta de que el término “nugget” parece hacer inferencia a la inteligencia de los feligreses, ya que requieren de un nivel de micro-management bastante importante. De pronto, crear un solo edificio que no sea una casa para ellos se vuelve una tarea bastante molesta.
Afortunadamente, con el tiempo y fe, la civilización crece y se organiza, y los procesos se automatizan, dando a relucir lo interesante que es ver cómo se mezcla un sistema político rudimentario, junto con la influencia de los dioses, y su influencia tanto sobre ellos mismos como sobre el gameplay. Basta con ver el árbol de tecnologías para entender qué tan complejo puede ponerse el asunto. El problema de esto es el mientras tanto, ya que gran parte del progreso en el juego no depende exclusivamente del jugador, sino de la pereza de los Nuggets. Cada hito histórico en la historia de la civilización toma tiempo (como ciertas tecnologías) o quests (como ayudar a Nigola Tesla a descubrir la batería), tiempo que desgraciadamente no tiene interacción de parte del jugador, lo cual puede ralentizar tanto el progreso como disminuir rápidamente la diversión.
Para el mal pesar del jugador, las negativas no se quedan ahí. Cuando el juego no se rompe por eventos que están mal contados o simplemente no están contados, como por ejemplo una invasión zombi que puede infectar a toda la población en cuestión de minutos y no puede ser solventada (más allá de sacrificarlos si los encontrás a tiempo -la única diferencia es hacer zoom y buscar los Nuggets verdes-), pueden surgir otros, como una invasión alienígena. La única solución ante tales eventos son lo que te diga el juego (en muchos casos, rayos), dejando muy de lado el uso creativo de los poderes que tenemos a disposición.
Lo mismo sucede con civilizaciones ajenas; sólo es posible o amigarse haciendo trueque (si el juego nos da la opción) o atacarlos constantemente, y como no hay un sistema de combate como tal, sobre todo en etapas tempranas, todo se releva al uso excesivo de poderes (que requieren fe, que es difícil de conseguir). Lo mismo sucede con las quests varias que el juego presenta y los bugs, ya sea de la UI o de gameplay, que sólo logran quitar la diversión en general.
Uno querría pensar que quizás todos estos problemas presentan la manera de los desarrolladores de realizar una autocrítica a nuestra civilización en general, pero aún cuando logramos superar todas estas trabas forzadas y accidentales como el ritmo lento, los bugs y las situaciones que sólo están para rellenar el tiempo, y llevamos a nuestros Nuggets a otro planeta, la Inteligencia Artificial deja en evidencia que no está pensada para trabajar a escala. Aún con todos los sistemas automatizados, el jugador puede volver a un planeta, sólo para ver que la IA decidió crear muchas más plantas nucleares de las necesarias y dejar el planeta seco, o no hizo nada, y de pronto el micro-management vuelve a la carga.
Conclusiones
A pesar de su potencial, The Universim se convierte en una actividad tediosa e irritante, y si bien la premisa como tal de ser un Dios y afectar a una civilización está cumplida, la cantidad de bugs, el progreso del juego, la Inteligencia Artificial y el poco uso creativo de los poderes deja a este título a un costado, con el sueño de que, quizás algún día, podamos revivir la diversión que nos generaron esas joyitas de antaño.
Lo mejor
· Premisa muy prometedora que pretende mezclar lo mejor de los god-sim.
· La introducción de sistemas políticos, sociales y religiosos es muy interesante.
Lo peor
· Serios bugs que pueden romper un save.
· Poco lugar al uso creativo de los poderes.
· Inteligencia Artificial muy pobre.
· Requiere mucho micro-management.
· Progresión muy lenta.
· Quests muy básicas que quitan tiempo o no funcionan como es debido.
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