Análisis de Vengeful Guardian: Moonrider - PS4

Pueden salir nuevas generaciones de consolas, los gráficos pueden evolucionar a niveles impensados, nos pueden ofrecer mundos gigantescos para explorar, y, sin embargo, llegan propuestas como Vengeful Guardian: Moonrider y uno las disfruta en la actualidad como si los avances tecnológicos de la industria nunca hubiesen existido. Si gozaste con clásicos como Ninja Gaiden y andás con ganas de desempolvar tu Mega Drive, quizás no haga falta (o bueno, siempre es un excelente plan). Comenzamos 2023 con una más que agradable propuesta de JoyMasher, el estudio brasileño que seguro recordarán por otro excelente juego de estilo retro, Blazing Chrome (2019). Nuevamente se han aliado con el editor The Arcade Crew para transportarnos al pasado por unas entretenidas horas.

Si bien encontraremos algunos diálogos, el juego no da muchas vueltas argumentales y nos dicen muy brevemente lo que necesitamos saber. Controlamos a Moonrider, un supersoldado creado por el gobierno que abre los ojos y se da cuenta de que no está muy contento con los fines por los cuales le dieron vida. Sin dudarlo un momento, comienza una persecusión sanguinaria en la que intentará derrocar a los líderes y obtener venganza por los actos que le obligaron a realizar. Y esa será la excusa para enfrentarnos a cientos de enemigos a lo largo de 9 etapas.

Eso sí, hay un elemento muy especial y clave, y es que en cada uno habrá ocultos algunos modulos con habilidades, y también obtendremos los ataques especiales de los bosses, lo cual implica que tu destino en los niveles puede cambiar mucho dependiendo del orden que elijas y lo que te encuentres en ellos. Me pareció un detalle súper acertado, ya que además también es posible superar un nivel sin haber encontrado ningún módulo.

Siguiendo con los aspectos retro, en principio creí que los niveles debían pasarse de corrido, lo cual representaría un desafío bastante amplio. El juego no mantiene ese nivel de crueldad (jaja) y nos brinda algunos checkpoints cada ciertos momentos. Eso sí, de terminarse tus vidas, vas a tener que empezar todo el stage de nuevo. Por lo general, los niveles mantienen todos un grado de dificultad parecido, aunque lo cierto es que cuando te hagas con unos buenos ataques especiales y modulos, ya no se te va a complicar tanto.

De hecho, a mí me resultaron mucho más difíciles los primeros niveles que los últimos, casi sin tener problemas siquiera con los jefes. Hay una habilidad en especial que me ha servido muchísimo, y es un ataque haciendo dash, el cual es bastante efectivo contra jefes. Parece algo irónico decirlo, ya que en el gameplay que acompaña a la nota he perdido bastante, pero luego de dejar de grabar pude pasar sus 3 horas de juego aproximadas sin tener que repetir de nuevo un nivel.

Además de estos enfrentamientos bastante entretenidos, tenemos algunas fases de moto en las cuales avanzaremos hacia el fondo de la pantalla. Claramente estos son los únicos momentos en los que el juego nos permite relajarnos y disfrutar un poco sin estar tan pendientes de la salud, ya que resultan ser escenarios sencillos y visualmente geniales. Hablando de su aspecto, todo está realmente muy cuidado para brindarte la sensación de estar jugando una aventura de antaño, con un estilo de 16 bits realmente hermoso. La música no se queda atrás y acompaña perfectamente a la acción.

· Una experiencia retro de la buena, tanto en controles como en lo artístico.

· Ser libres de ir al nivel que querramos y que cada uno nos recompense con habilidades diferentes.

· Buen nivel de desafío, aunque...

· ... si conseguís de entrada las habilidades que más te sirvan, la dificultad desciende bastante.

· Tiene rejugabilidad pero deja con ganas de más.