12 de Septiembre del 2022

Análisis de Way of the Hunter - PS5

A caminar y arrastrarse por horas y hacer algún disparito cada tanto.

Un mundo extremadamente realista

Juegos de cacería han existido desde el nacimiento de los videojuegos, casi, y si bien no han sido el sumun de la popularidad, es claro que tienen su nicho. Por mi parte, he jugado como mucho uno o dos a lo largo de toda mi vida gamer, que ya es bastante larga, y todos han sido más bien de tipo arcade. Es la primera vez que me meto en algo cercano a un simulador, y la experiencia ha sido... interesante, un vaivén entre la sorpresa, el enojo, el aburrimiento y la excitación. ¿Cómo es que un solo juego puede suscitar emociones e impresiones tan encontradas? Bueno, vamos a analizarlo parte por partes.

Lo primero que me llamo la atención es el realismo y tamaño del mundo en el que nos encontramos. Way of the Hunter tiene un esbozo de historia que hace un buen trabajo en meternos no sólo en los controles y jugabilidad, sino en los detalles del mundo de la cacería que, debo admitir, es más compleja de lo que imaginaba. Según nos enteramos al comienzo, el protagonista es un actor/survivalista estilo Bear Grylls que vuelve a la cabaña de caza de su abuelo, quien tiene un negocio para proveer carne de caza a restaurantes, para ayudarlo luego de que este sufra un infarto. Al entrar por primera vez al coto de caza, sorprende el nivel de detalle de los bosques, llanos y montañas que nos rodean. El mapa es enorme y bellamente diseñado. Y luego, por supuesto, tenemos a los animales, y es aquí donde por primera vez me encuentro con sentimientos encontrados. Las primeras misiones son muy sencillas: recorrer la cabaña, practicar con un rifle y matar un tejón que al parecer son plaga en la zona. Luego tenemos la primera cacería real, y no me esperaba que fuese tan, pero tan difícil.

El realismo del que hace gala Way of the Hunter es tan pronunciado, que los animales se comportan casi de manera análoga a lo que lo harían en la realidad: los rebaños tienen sus zonas de alimento, bebida y descanso y dependiendo de las especies, sus horas de actividad. De esta manera, nos enteraremos de que los ciervos, por ejemplo, están más activos por la mañana, mientras que muchos depredadores salen por la noche. Pero también vamos a ser testigos de lo agudos que pueden ser los sentidos de un animal. Son incontables la cantidad de veces que, confiado, comencé a acercarme a un rebaño para que éstos, a gran distancia (y más de una vez, antes incluso de que yo los vea) se den cuenta de mi presencia y salgan disparados a ocultarse en los bosques.

Los animales pueden verte, olerte y/o escucharte a 200 metros o más, por lo que hay que aprender rápido a moverse despacio y con paciencia y tomar en cuenta detalles como la dirección del viento. Además, uno no se espera que matar a un animal sea algo tan duro, o que puedan recibir tantas heridas sin caer. Poder embolsarme el primer ciervo me llevó varias horas, y no horas de juego, sino horas reales.

Paciencia. Mucha paciencia.

Como cabría esperar de un simulador, Way of the Hunter se empeña en entregar una experiencia lo más fiel posible. Lamentablemente para quienes no pertenecemos al nicho al que el juego está dirigido, esto significa caminar por horas y horas (de nuevo, tiempo real, no de juego) intentando rastrear una presa para que, al momento en que divisamos al objetivo, éste o éstos se enteren mucho antes de nuestra presencia. O peor, elegir un lugar por el que sabemos que los animales frecuentan y simplemente "campear", y esperar a que alguno tenga la bondad de aparecer para que finalmente podamos disparar. Y aún si tenemos la suerte de encontrar rápido al animal que buscamos, todavía hay que cazarlo.

Al igual que el comportamiento animal, la iluminación y los escenarios; la mecánica de tiro también es increíblemente realista. La física de las balas y la distancia a la que generalmente tendremos que intentar el disparo significa que vamos a tener que estar muy, pero muy conscientes del desvío y la caída del proyectil, así como también hay que tener especial cuidado sobre donde queremos que el mismo impacte. En Way of the Hunter, parte de la idea de juego es que seas un "cazador ético"; esto es, no dejar que las presas sufran más de lo necesario, buscando matar inmediatamente con un tiro en el corazón (tiro en la cabeza no se considera ético, aunque tampoco te lo prohíben).

Pero esto es más difícil decirlo que hacerlo, ya que los animales son esponjas de balas y si éstas sólo tocan carne o hueso, lo más probable es que la criatura esté en las condiciones necesarias para escapar. Cuando damos en el blanco pero la presa no muere, generalmente deja un rastro de sangre, pero a menos que la herida sea profunda, una vez que llegan a los bosques el rastro se pierde. Es más, es muy probable que cuando finalmente mates a un animal y veas el análisis balístico, te encuentres con que tiene más de una herida por disparos que realizaste días antes. Sí, no hay respawn aleatorio: es así de realista y así de frustrante.

A pesar de todo, y luego de horas y a veces días (no exagero) de rastrear y/o esperar, cuando finalmente lográs ese tiro perfecto y ves a la presa caer de inmediato, la sensación de victoria que te invade pocos juegos la pueden lograr. A veces, ni un Dark Souls.

Bichos para los que no hay repelente

En un juego de esta magnitud, es de esperar que los bugs y glitches estén a la orden del día. Lo más común y que vamos a encontrar a cada rato son pop-in de texturas y caídas de frames, pero hay algunos mucho más molestos y lo suficientemente comunes como para lastimar la experiencia. A veces, los animales se traban en algún matorral y si bien esto te da un disparo fácil, es un cierre muy anticlimático ante una caza que llevo horas y horas. Otras veces, y esto es peor, te pasa a vos.

Demasiadas veces me pasó que, tomándome mi tiempo acercándome a una presa a rastras, cuidándome del viento y de que me vean, me trabé de repente en un árbol o matorral. Y no hay forma de salir de ahí que no sea con un fast travel a alguno de los escasísimos y alejados entre sí puntos de campamento, perdiendo de vista a aquella presa a la que te faltaban tan pocos metros para disparar. Te dan ganas de romper el control y llorar hecho una bola.

Con el tiempo, espero que muchos de estos problemas se parcheen, porque si funciona bien, es admirable lo que este juego puede hacer.

Conclusiones

Way of the Hunter debe ser uno de los mejores juegos de cacería del mercado, pero no deja de ser un simulador para un nicho muy pequeño. Si buscás un juego, no lo vas a encontrar. Si buscás una experiencia de cacería sin dejar tu living, con todo lo que eso significa en materia de paciencia, estudio y frustración, entonces esto es para vos. Debo decir que, si bien no soy yo el público al que Way of the Hunter apunta, si es cierto que me encanta todo lo que es sigilo y no me falta paciencia, y que más de una vez me encontré disfrutando mucho este juego.

Lo mejor

· El realismo del mundo en cuanto a comportamiento animal y diseño de ambientes.

· El realismo en la mecánica de las armas.

· Esa satisfacción que te invade cuando por fin ves caer a la presa.

Lo peor

· Glitches y bugs que te pueden arruinar horas de rastreo.

· La navegación es muy incómoda para un mundo tan grande con puntos de fast travel demasiado alejados entre sí.

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