Escapa o muere... y dispara con navecitas.
¿A qué estoy jugando?
Yurukill es uno de los juegos más extraños que me ha tocado reseñar en bastante tiempo. Tal vez no esté acostumbrado a las novelas visuales, o me haya olvidado el nivel de locura o extrañeza del que son capaces los japoneses, pero sin dudas quedé sorprendido esperando una cosa y obteniendo otra.
El juego empieza con un pequeño tutorial en el que pilotamos una nave en un shooter "mata-marcianos" bastante genérico, y de hecho, pensé que eso era todo lo que Yurukill tenía para ofrecer. Pero luego, al terminar esta escena introductoria, me encontré de repente con una escena cargadísima de diálogos al estilo de una novela visual que nada, pero absolutamente nada tenía que ver con naves o ciencia ficción. Al menos, no todavía, aunque en ese momento no se me ocurría cémo es que iban a conciliar ambos estilos y tramas.
La novela
La mayor parte de Yurukill es una novela visual y juego estilo sala de escape. La premisa es similar a Los Juegos del Calamar o Battle Royale, en donde un grupo de personas son encerradas en un desquiciado juego donde se gana o se muere. En este caso, los jugadores son todos prisioneros cuyos crímenes van desde desorden público a asesinato en masa, y todos tienen en común el declararse inocentes de dichos crímenes. Cada participante prisionero es aparejado con otro jugador, en este caso, no criminal, que es catalogado como su verdugo. Todos son enviados al parque de diversiones Yurukill Land para participar de una serie de atracciones y aquel equipo que supere todas es recompensado: el prisionero con la libertad y el verdugo con cualquier cosa que desee.
Las atracciones son todas salas de escape en las que hay que resolver diversos acertijos para escapar, pero lo interesante se da en la relación que existe entre verdugo y prisionero, que al principio parecen ser juntados al azar, pero rápidamente entendemos que los pasados de ambos se entrelazan, y la atracción que tienen que superar pone a prueba esta relación. El verdugo, por supuesto, tiene a su disposición un botón que permite ejecutar al prisionero en cualquier momento si así lo desea, y en más de una oportunidad deberemos responder una serie de preguntas para convencer al verdugo de no apretar el botón.
En cuanto a las salas en sí, si bien se descubre muy rápido la relación que existe entre la misma y los primeros participantes, termina por encender la curiosidad sobre cómo se relaciona el resto. En el transcurso del juego, además, nos encontraremos preguntándonos una y otra vez sobre si los prisioneros son realmente culpables de sus crímenes y si los verdugos tan inocentes.
Los puzles, por otro lado, son de un nivel medio, y algunos de ellos nos dan la posibilidad de hacer un poco de prueba y error, ya que si una mala decisión causa la muerte del prisionero, el guardado nos pone inmediatamente antes del error, por lo que es fácil de corregir. Por supuesto, lo divertido es no cometer estos errores. En sí, la gran mayoría de los acertijos guardan una lógica correcta, de modo que no es tan difícil deducirlos, y para aquellos que son un poco más convolucionados, tenemos la posibilidad de recurrir a tres pistas. Quienes hayan participado de alguna sala de escape, seguro encontrará muy familiar el sistema.
El shooter
Y de repente, estamos volando en naves y disparándole a cosas. ¿Qué pasó? En una decisión muy, muy extraña. Los desarrolladores decidieron que el enfrentamiento final entre verdugo y prisionero que se da al escapar de la atracción sea mediante un genérico juego de naves. Yurukill viene de la combinación de la palabra "Yurusu", perdonar en japonés; y "Kill", matar en inglés; por lo que el prisionero tiene que convencer a su verdugo de que le perdone la vida, y esto se hace mediante el juego de naves. Cada miembro del equipo es ingresado en una silla de realidad aumentada, la cual puede matar al prisionero pero no daña físicamente al verdugo, aunque en este último caso, sí está conectada a su psiquis.
Al comenzar, el juego nos hacen una serie de preguntas sobre lo que descubrimos en la sala de escape, y mientras mejor respondamos, de más vidas dispondremos. El evento de naves se divide en varias secciones, y en medio de éstas nos volverán a hacer preguntas, algo muy molesto y que corta toda la acción. El objetivo del prisionero es llegar hasta el boss (el verdugo) y destruir sus barreras mentales y prejuicios para convencerlo de dejarlo vivir.
El juego en sí es extremadamente sencillo y mucho menos interesante que todo lo anterior, y si bien le otorga algo de originalidad, no por eso tiene que ser algo bueno al ser algo que te saca totalmente de eje. En lo personal, y teniendo en cuenta que los shoot 'em up son un género que me gusta, me pareció más una tarea pesada que una buena adición.
Conclusiones
Con una historia interesante y acertijos lo suficientemente desafiantes sin ser imposibles, Yurukill termina por ser una buena aventura de escape. La parte de las naves, sin embargo, es tan genérica y fuera de lugar que no hace demasiado por sumar a la experiencia de juego.
Lo mejor
· La historia.
· Los acertijos.
· El misterio.
· La relación entre personajes.
Lo peor
· A veces es muy sencillo.
· El juego de naves no tiene nada que ver con nada y encima es genérico a más no poder.
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