Análisis de The Elder Scrolls V: Skyrim - PC

La nueva entrega de The Elder Scrolls, transcurre en la norteña provincia de Skyrim, un lugar frío, montañoso y salvaje. Dominada desde hace siglos por el imperio Cyrodilico, la reciente prohibición de la adoración a Talos, religión mayoritaria entre los Nords (habitantes nativos de Skyrim), ha desatado una guerra civil entre el imperio y quienes apoyan al Jarl (señor) rebelde Ulfric Stormcloak. Pero no es este el único problema que amenaza a Skyrim: los dragones, creídos desaparecidos hace siglos, han vuelto, y nadie puede arriesgar el por qué… solo saben que no auguran algo bueno.

En este conflictivo clima hace aparición nuestro personaje, quien es llamado “Dovakhiin”, que en lengua dracónica significa “Nacidodragón”, una persona que es capaz de usar las antiguas palabras de poder de los mismos dragones.

Pero no todo es el objetivo: gran parte del atractivo de TES V es el viaje. La construcción de Skyrim es una maravilla de detalles. Presenta una gran variedad de escenarios, pero siempre manteniéndose dentro del esquema de clima frío, de modo que visitaremos altas montañas castigadas por el viento y la nieve; heladas tundras cubiertas de hielo; grandes estepas recorridas por tigres diente de sable, mamuts, y gigantes; y extensos bosques repletos de animales.
Las ciudades y pueblos son otro punto a destacar. Construidos a la semejanza de los hogares nórdicos, presentan un nivel de detalle y atención admirable.
A todo esto se suman una gran calidad gráfica, que da un salto considerable desde la anterior entrega; y clima dinámico que pasa de cegadoras tormentas de nieve a noches iluminadas por hermosas auroras boreales.
Todo sumado, logra que la inmersión sea tal, que hasta se puede sentir el frío.

La creación de personajes sufrió algunos cambios con respecto a juegos anteriores. Podremos, como siempre, elegir la raza de nuestro personaje y cambiar sus rasgos como queramos, pero ya no existen las clases. En su lugar, cada raza posee características y poderes innatos que la hacen útil para determinados estilos de juego: si, por ejemplo, queremos hacer el papel del ladrón o asesino, un Kajhiit o un Elfo Oscuro serían la mejor elección; o si queremos un bárbaro, convendría elegir un orco.

Si bien estos cambios parecen limitar la elección, la realidad es otra. El sistema de aumento de nivel también es diferente, y en este caso, se basa en la suba de habilidades individuales de acuerdo al estilo de juego que propongamos. Si usamos magia, subirá la habilidad en la escuela de conjuros que usemos; o si usamos espadas, irá aumento nuestra habilidad en esa arma. Al aumentar de nivel, tendremos la elección de aumentar una de entre tres características (salud, estamina y magicka), y de comprar algún movimiento o estatus especial en alguna de las habilidades que fuimos desarrollando gracias a nuestro juego. Para poder avanzar en la compra de habilidades, deberemos, además, ir aumentando el nivel de la misma. De esta manera, a pesar de las características iniciales de nuestro personaje, terminaremos por adaptarlo a nuestro estilo de juego, dando un poco más de libertad al jugador en la construcción, en lugar de limitarlo a un camino determinado por la elección de la clase.
El combate y la exploración pueden realizarse tanto en primera como en tercera persona. El personaje es capaz de blandir dos objetos a la vez (si no ocupa las dos manos), de modo que es posible usar dos armas; o arma y magia; o arma y escudo. Solo es posible llevar uno o dos hechizos a la vez, y no hay barra rápida para acceder a distintos sets de armas o magia. En la versión de PC es posible, sin embargo, adaptar configuraciones al pad numérico, pero la falta de botones en consolas resulta en exceso de pasos para cambiar de ítems o hechizos.
Otro elemento nuevo que se suma, son los gritos. Dovahkiin tiene la habilidad de absorber las almas de los dragones, y utilizar el poder contenido dentro de las palabras del lenguaje dracónico. Cada grito tiene una capacidad diferente -algunos de ataque, otros que otorgan habilidades- e introducen un interesante y divertido concepto, tanto de juego como de excusa para explorar el extenso mapa en busca de las sílabas de poder.

“Dovahkiin, Dovahkiin, Naal ok zin, los vahariin…”

En pocos juegos se ha puesto tanto amor como en TES V, y en el apartado musical no es la excepción. La banda sonora es magnífica, adaptándose correctamente a cada situación por la que pasemos. Desde piezas lentas, ambientales (para cuando exploramos), a otras más rápidas, perfectas para las situaciones de peligro. Todas mantienen la misma identidad nórdica que caracteriza al resto del juego, con melodías e instrumentos tradicionales.
Un punto aparte merecen los temas, en particular, Sons of Skyrim, el principal. Todas las letras están cantadas en el lenguaje de los dragones, y pocas cosas resultan más épicas durante la experiencia, que enfrentarse a un dragón con estas canciones otorgando el fondo perfecto.

Conclusiones

Ya sea en misiones principales o secundarias; explorando cuevas o cazando dragones, o construyendo ítems o armaduras; The Elder Scrolls V: Skyrim, es todo lo que un RPG debe ser. Gráficos y paisajes fuera de la norma; excelente jugabilidad; y una banda sonora de películas, se suman para cerrar el paquete con broche de oro.
A pesar de los Bugs y glitches que pueden dañar la experiencia, se necesitaría mucho para empañar un juego que ofrece la cantidad de contenido, y de tan buena calidad, como en esta nueva entrega de Bethesda.
Superando todas las expectativas, estamos sin duda ante uno de los mejores juegos de la generación.

Lo mejor

-Cantidad y calidad de contenido.
-Excelente banda sonora.
-Importante mejora gráfica.
-Mundo detallado e inmersivo.
-Cómoda y divertida jugabilidad.

Lo peor

-Bugs y glitches varios, que pueden dañar la aventura.