27 de Octubre del 2021

Análisis de Age of Empires IV - PC

Volvemos al pasado con uno de los juegos de estrategia histórica más esperados.

El sabor de lo familiar

¿Quién no conoce el Age of Empires? Ya sea que estés peinando canas o que ni siquiera hayas nacido cuando salió la última entrega, lo más probable es que alguna vez en tu vida lo hayas jugado. Y si no lo hiciste, no hay duda alguna de que has oído de que se trata, y hasta entiendas y te rías de la infinidad de chistes y memes que hay dando vueltas por ahí.

¡16 años! nos hicieron esperar desde el Age of Empires III hasta esta nueva entrega, y por el camino nos dieron varias versiones completas y/o remasterizadas de los anteriores para matar un poquito la impaciencia. Finalmente, el AoE IV está con nosotros, y las expectativas son grandes. Relic, los desarrolladores del juego, bien lo deben saber, y tal vez sea por eso que ante la disyuntiva sobre renovar y experimentar como se hizo con la 3ra entrega, o dar algo familiar, mucho más en tono con lo que los fans viene jugando desde hace años (porque nunca se dejó de jugar al Age), optaron por esto último.

Apenas te pongas tras los controles en tu primer mapa, si ya has jugado a este RTS, te vas a sentir como en casa. Y es que AoE IV no se aleja demasiado de las mecánicas que tan famoso y exitoso hicieron al II, y se ha vuelto a esa base en prácticamente todo: desde los modos de juego hasta el momento histórico.

Una que sepamos todos

Age of Empires IV es un juego por demás extenso al contar con cuatro modos de juego disponibles, con gran cantidad de contenido. El principal es, por supuesto, el modo campaña. En esta oportunidad, y yendo a contramano de la "evolución histórica" que empezó con la Antigüedad en el I hasta los Imperios Modernos en el III, se retoma el escenario medieval y nos lleva, a través de las distintas facciones, hasta bastante entrada la Era Moderna.

Este modo cuenta con cuatro campañas: la Normanda, que comienza en la Baja Edad Media; y luego nos guía en una progresión casi cronológica por La Guerra de los 100 años; las conquistas mongolas de la horda dorada; y el surgimiento y establecimiento de Rusia como una gran potencia europea completando el viaje a la modernidad.

Cada campaña tiene sus particularidades, y nos encontraremos que las primeras dos, pero en especial la inglesa (normanda), es la que más en tono se siente con Age of Empires II, mientras que la Mongola es la que más se diferencia (y mi favorita). El cómo se juega, ya lo conocemos: vamos a tener que administrar tanto la economía como el poderío militar de nuestro imperio, pero siempre con un mayor énfasis en el movimiento de tropas y el combate que en la microgestión del campamento. Para mejorar las unidades y presentar un mayor poderío militar, es necesario "avanzar de era" mediante la recolección de recursos, cumplimiento de objetivos y la construcción de un edificio especial. Esto nos da nuevas edificaciones y habilidades en nuestro árbol tecnológico que, una vez desarrolladas, pueden aplicarse en juego. Como decía, lo mismo de siempre.

Lo interesante, sin embargo, y una de las novedades más notables de esta cuarta entrega, es que las diferentes facciones o imperios se diferencian bastante en su modo de juego, por lo que cada una es una experiencia bastante novedosa. Los mongoles en particular, con su habilidad de trasladar campamentos enteros y estar en constante movimiento, son más fieles históricamente, y mucho más divertidos de usar. Además, las campañas son realmente extensas, proporcionando una gran cantidad de horas de juego.

Además de Campaña, tenemos el modo Escaramuza, donde podemos elegir la facción que queramos y organizar una partida rápida contra la IA en mapas aleatorios. Acá también tenemos que mencionar el siempre bien ponderado multijugador, que permite partidas de hasta 4vs4 o cooperativo contra la IA.

Arte de la Guerra, un modo que ya había aparecido en las versiones definitivas, también dice presente. Acá, podremos jugar escenarios específicos de desafío, como construir antes que nadie un edificio particular o vencer en una batalla con las unidades dadas.

Una clase de Historia

Una de las cosas que más atractivas me resultó del juego, es su narrativa. Puede parecer extraño, viniendo de un RTS, pero realmente se lucieron en las escenas previas y posteriores a cada batalla/misión, así como dentro de las mismas.

Cada escenario abre con una narrativa histórica sobre las causas de la batalla por venir. Esto se logra con imágenes actuales de los sitios que se visitan, en el que se superponen los movimientos de las tropas. Una excelente producción que no me extrañaría que comiencen a copiar desarrolladores de documentales, ya que nos acerca la historia de un modo espectacular, mostrando que todos aquellos lugares que parecen tan lejanos en el tiempo, conviven con nosotros día a día. A esto se le suman gráficas y mapas digitalizados muy claros que relatan de una forma sencilla el desarrollo de los acontecimientos, pero que permiten a su vez tener una idea bastante concreta del periodo y sus conflictos. Tal vez esté hablando el profesor de Historia en mí, pero es algo que disfruté muchísimo.

Dentro de las misiones en sí, vamos a notar una ligera evolución al respecto de otras entregas. Este Age of Empires se siente mucho menos estático gracias al dinamismo de los objetivos que van apareciendo en pantalla. Tal es así, que a veces el juego puede resultar muy rápido, y que el tiempo que tenemos para desarrollar nuestras bases es escaso. De todos modos, y gracias a la enorme cantidad de contenido, el juego nunca se va a sentir corto y siempre nos va a tener alertas a lo que sucede a nuestro alrededor. Sumemos además la gran variedad de objetivos, que van desde lo clásico (atacar y destruir campamentos o soportar un asedio); a otros mucho más específicos como tender emboscadas o participar de un torneo de justas.

En este apartado, sin duda se sacan un 10.

Un juego modesto

Contrario a lo que podría pensarse al estar frente a un título que se hizo esperar una década y media, el apartado gráfico no destaca en lo absoluto. Por supuesto que se ve mejor, y hay un buen trabajo de texturas y partículas, pero no mucho más. El juego no pide demasiado y se nota. Esto queda de manifiesto por un lado en el modelado de edificios y unidades, que más allá de dejar de ser 2D, no se aleja demasiado en diseño a lo que ya nos tenían acostumbrados. También se observa en las animaciones de las unidades, que se sienten un tanto anticuadas.

¿Importa que haya un avance tan escaso? La verdad es que no mucho, pero creo que se podría haber hecho un trabajo bastante más interesante para un juego de estrategia en el año 2021.

Conclusiones

Age of Empires IV no se aleja de lo seguro. Innova muy poco y nos trae una experiencia que, si bien no es igual, sin duda es familiar. Si estabas esperando una renovación del juego o del género, entonces podés llevarte una gran desilusión. Si, por el contrario, sos un viejo fan de la serie y lo que te interesa es volver a sentir una experiencia similar y, por qué no, una buena dosis de nostalgia, entonces vas a disfrutar mucho de este título.

Lo mejor

· La espectacular narrativa en todo momento del juego.

· El dinamismo de las misiones.

· La extensa campaña.

· Gran oferta de modos de juego, con más por venir.

Lo peor

· En lo técnico, se queda bastante en el camino.

· No hay innovación notable con respecto a anteriores entregas.

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