Análisis de Minoria - PS4

Diez años han pasado desde que Guilherme Martins creara Momodora, para luego hacer crecer la saga con nuevos lanzamientos, y también elevar su estudio, Bombservice. Aunque Momodora tuvo que tomarse un descanso, el desarrollador vio que era hora de modificar algunas cosas en un nuevo título que siguiera su estilo característico, pero a la vez bebiera de aquellos detalles que había que mejorar. Así nace Minoria, que llegó originalmente para PC en agosto de 2019, y finalmente se lanzó para consolas, dándonos la excusa perfecta para visitarlo.

Estamos ante una nueva aventura del estilo metroidvania en 2D, que nos lanza a un escenario grande y lleno de sectores interconectados que explorar. Si, creo que digo esto seguido en mis reseñas, pero el género fue muy recurrido en el ámbito indie y cuesta cada vez más encontrar resultados que fascinen. Por eso di mis primeros pasos en Minoria con ciertas dudas, pero debo reconocer que su prolijidad y fineza en el gameplay me engancharon enseguida. Sin dar muchas vueltas, me terminé pasando el juego de corrido porque se me hizo muy entretenido (unas seis horas aproximadamente).

¿A qué me refiero con esto de la prolijidad? Los desarrolladores saben que innovar en un metroidvania hoy en día puede ser todo un reto, pero más certeza tienen de que no puede haber fallas en sus mecánicas de saltos y combate. Por eso en Minoria encontré bastante satisfacción a la hora de pelear, y también en la progresión del personaje; conseguimos mejoras prácticamente todo el tiempo. La protagonista va sumando un montón de habilidades y arsenal, y aunque no podemos equiparnos todo para usarlo en tiempo real, el juego nos permite pausar y poder usar las armas restantes cuando nos quedemos sin munición, algo que seguro les pasará con los bosses. Ah, por si no lo dije, Minoria se asemeja a un Souls en el sentido de que te pueden fajar de tres golpes, así que hay que andar con cuidado por la mazmorra.

Es raro que todavía no haya mencionado nada sobre su argumento, cuando suele ser de las primeras cosas que comento en una reseña. No sé si es su ambientación religiosa lo que no me atrajo, pero en líneas generales no me sentí muy atrapado por este apartado. Ojo, el juego cuenta con diálogos interesantes, la aparición de varios personajes y algunos giros, pero en ningún momento morí de ganas por saber como continuaba la trama. Si superé la aventura de corrido fue por su gameplay y no por su historia, claramente. Vamos a controlar a Semilla, una monja bastante fuera de lo común (ojalá fueran tan cool jaja) que se introduce a un castillo junto a la hermana Anna Fran para enfrentarse a las amenazantes brujas que tienen cautiva a la princesa del reino.

En fin, sigamos con lo bueno. La exploración de Minoria es bastante ágil y con las bifurcaciones justas. El juego no busca volverte loco o hacerte perder, más allá de que puede lograrlo en alguna que otra parte. De hecho, contamos con un mapa al alcance de presionar un botón, lo cual logra ubicarnos de manera muy intuitiva, ayudándonos a visualizar rápido qué lugares no visitamos o dónde había puertas que tuvimos que dejar pasar. También este castillo no se priva de esconder secretos, así que vamos a tener que andar atentos a las paredes falsas y demás oportunidades de dar con un tesoro.

Minoria es un título bastante recomendable para aquellos fans de los metroidvania que busquen una propuesta balanceada entre dificultad y diversión. Si bien al principio puede parecer muy hardcore por lo fácil que nos pueden eliminar los enemigos, el personaje progresa a los brincos y se va convirtiendo en un tanque de habilidades. La jugabilidad es bastante satisfactoria, al igual que la aventura en general. No será lo mejor del género, pero cumple.

· La jugabilidad es bastante satisfactoria.

· La protagonista recibe mejoras constantemente.

· La exploración es prolija e intuitiva, con varios secretos esperando.

· La trama y sus personajes no llaman mucho la atención.

· Por más entretenido que sea, es un juego olvidable.

· Ya que nos permiten usar todas las habilidades cambiando desde el menú, faltaría un acceso más fácil o directo.