Análisis de Spiritfarer - PS4

A fines de 2015, el estudio Thunder Lotus Games se aventuraba en esta hermosa industria de los videojuegos con su primer proyecto: Jotun. Recordaba este título con bastante cariño mientras pensaba en las primeras líneas para esta reseña, y también sabía que me había encargado de escribir sobre éste. Si bien no le tiré demasiadas flores, hay algo que destaqué y que nadie podía ni puede negar: el apartado artístico es bellísimo. El estudio puso su sello en este primer lanzamiento con criaturas enormes y bellos paisajes, todos con un estilo de dibujo a mano que al cobrar vida se ve de maravillas. En 2017, Sundered contó con una dirección artística similar, dándonos una jugabilidad más frenética pero continuando esa línea visual. El estudio finalmente alcanza su tercer juego, el cual deja de lado la acción, pero ni de cerca abandona lo que parece ser una insignia indiscutida. Vamos a admirar esta obra.

Spiritfarer no pierde el tiempo con introducciones largas, y menos mal porque nos espera un viaje largo. Apenas iniciamos, estamos frente al actual "Spiritfarer", un ser que se ocupa de cuidar de las almas de los fallecidos hasta que sea la hora definitiva de que marchen al más allá. Duro, si. Y más cuando éste nos comunica que nosotros seremos su reemplazo, ya que llegó también su hora de partir. Así es que Stella, la protagonista, se sube a su nuevo barco junto a su gato Daffodil para recorrer este mundo y encontrar a las almas que deberá cuidar.

Como dije, el juego no pierde el tiempo y enseguida nos van enseñando todo lo que tendremos que hacer en breves tutoriales, para así comenzar a disfrutar de esta aventura que mezcla gestión y construcción. Si, lo de cuidar a las almas es literal, así que tenemos que cocinarles, hacerles una casa y adornarla a gusto de cada uno. Y la verdad no van a ser ningunos humildes, ya que van a tener ciertas preferencias con los alimentos, y negarse a ingerir lo que no les guste; además de hacernos solicitudes en forma de misiones que nos tendrán de acá para allá. Por su parte, gracias a cada uno vamos a tener algunos eventos especiales que nos van a permitir conseguir objetos valiosos para avanzar.

La historia, que se puede disfrutar de a dos en forma cooperativa, se resume en encontrar a los personajes importantes, mantener su barra de ánimo alta, completar sus misiones, escuchar sus relatos de vida y finalmente acompañarlos al "Everdoor" cuando se sientan preparados. En este sentido el juego es increíble, ya que pega en lo emocional constantemente y nos recuerda en todo momento que, a pesar de lo bonito que se ve, es un juego sobre la muerte y las despedidas. Su música acompaña y logra cautivar en todo momento, y no hay ni un abrazo que no te logre enternecer, ya que una de las mecánicas para levantarle el ánimo a nuestros huéspedes es darles un cariñoso abrazo.

Los amantes del género de gestión seguro encontrarán en Spiritfarer una opción sencilla pero sumamente divertida. El juego es ideal para aquellos que no están muy adentrados en el género, ya que nos va soltando las posibilidades poco a poco, pero logra entusiasmarnos y hacernos desear conseguir los objetos necesarios para cada construcción. A veces va a ser imposible hasta dar con determinado lugar o personaje, y otras vamos a volvernos locos tratando de recordar de dónde sacamos ese material que se nos terminó y ahora necesitamos para crear otro ítem.

Tiene algunos detalles que quizás resulten molestos, como el hecho de que en las tiendas no nos indiquen bien la cantidad que poseemos de cada objeto, pero es bastante accesible y el mapa nos ayuda a recordar qué cosas útiles hay en cada isla. Porque sí, esto no sólo se trata de construir nuestro barco y mejorarlo, también hay todo un mundo que explorar, en forma de pequeños sitios en 2D. Al principio vamos a toparnos con lugares sumamente pequeños, para luego visitar algunos más grandes. Y aunque no se vuelva nunca un juego con escenarios donde perderse, Spiritfarer sabe esconder muchos tesoros y secretos.

Pero hay algo que sabe hacer aún mejor, y es relajarnos. Hace rato que no me encontraba un juego largo que lograra que las horas se me pasen como minutos, y en ese sentido es todo un éxito. Me he quedado incluso más de lo que planeaba jugar a veces solo por decir "construyo esto y listo", y colgar completando cosas. Las misiones son muy simples, al igual que los minijuegos, pero todo el conjunto de quehaceres, gestión e historia te atrapa mucho. El juego cuenta con un sistema de horarios, por lo que de pronto vas a encontrarte súper "enrutinizado", despertando con el primer sol, tocando la campana para que todos salgan de sus habitaciones, dándoles de comer, viajando hacia una nueva isla, construyendo esa mejora para el barco para al fin poder ir a un lugar nuevo, y así hasta terminarlo y sentirte realizado. Porque si, cada vez que un personaje abandona el barco, uno siente muchas cosas, y luego ver cómo nuestro navío comienza a quedar desolado también es un golpe bajo. Spiritfarer es una montaña rusa en ese sentido.

Los personajes se sienten muy vivos, ya que se pasean por el barco sin tener una ruta fija, y a veces podemos encontrarlos parados en lugares donde nunca antes habían estado; incluso aparecen en las islas como si las recorrieran junto a nosotros. Y lo mejor es que sueltan diálogos nuevos constantemente, y otras veces nos piden que les demos de comer ya que pasó mucho tiempo. A medida que el barco se va llenando de "marineros", el juego se vuelve un poco más desafiante, siempre y cuando quieras que todos estén felices.

Lamentablemente tuve una mala experiencia que es mejor contar, no por lanzarle piedras a este gran juego, sino para intentar ahorrarle la pena a algún lector que se interese en jugarlo (vi en internet que le ocurrió a mucha gente). El título cuenta con una serie de bugs típicos de lanzamiento, que seguro se corregirán con algún futuro parche, pero hay uno fatal y que no te deja continuar. Si se acercan a alguna de las líneas límites del mapa, que requieren de alguna mejora para ser atravesadas, es posible que se queden estancados si no cuentan con dicho upgrade, por lo que no intenten viajar del otro lado hasta estar seguros. Afortunadamente me pasó con sólo unas horas de juego, ya que tuve que volver a empezar. Al parecer aún no fue solucionado, así que tengan cuidado. También hay un bug molesto que no tilda las cosas que sí encontré de algunos lugares, lo cual me causó confusión hasta que noté que era otro error.

El juego nos recompensa un montón al ir avanzando, ya que podemos ir desbloqueando nuevas habilidades que nos permiten descubrir más secretos en lugares ya visitados. También hay una serie de eventos que ocurren en el propio barco, donde tenemos que ser ágiles y recoger objetos que aparecen de diferentes maneras, como una lluvia de meteoros. Lo divertido del barco es que podemos ir editándolo a placer, y cambiar todo de lugar cuando queramos, haciéndolo así más fácil de recorrer para que nos vaya mejor en estos eventos. Cada lugar donde podamos crear objetos cuenta con un minijuego, y debo admitir que esperaba mucho el minijuego musical (donde tocamos la guitarra) pero no me gustó tanto. Por otro lado, los amantes de la cocina tienen diversión para rato tratando de descubrir las decenas de recetas que se pueden conseguir combinando elementos.

Spiritfarer es un hermoso juego que mezcla de forma fantástica la gestión, construcción y plataformas, juntándolas en una aventura emocionante. Con una temática que te va a hacer reflexionar mucho, el título te invita a relajarte y disfrutar de un viaje lleno de simplezas que en conjunto se vuelven divertidas y hasta adictivas. Se te van a pasar las horas volando buscando esos ítems que te hacen falta, descubriendo nuevas recetas, navegando hacia nuevas islas, mejorando el barco y... despidiéndote uno a uno de tus pasajeros.

· Es una excelente combinación entre gestión, construcción y plataformas.

· Una montaña rusa de emociones, te va a hacer reflexionar constantemente.

· Muy divertido y adictivo, una vez te enganchás las horas se pasan volando.

· El arte visual es increíble nuevamente, y la música le da el toque perfecto.

· A pesar de su simpleza no se priva de tener un montón de cosas escondidas.

· Algunos detalles a mejorar de interfaz e información.

· El juego cuenta con varios bugs y crasheos, sobre todo uno que puede estancarte la partida.